Estar en la red viendo como gira el
mundo, me hizo recordar un tema muy interesante que a mí me gusta, el
coleccionar.
Coleccionar cosas es un pasatiempo
entretenido y a su vez satisface un hueco en nosotros que extrañamente viene
desde épocas antiguas. Tener varios ejemplares de una revista que nos guste,
películas, juguetes, autos figuras, parejas sentimentales, posters, libros,
videojuegos, música, plantas, estampillas, amistades, animales o lo que sea, no
es muy distinto a lo que nuestros antepasados hacían al guardar piedras, pieles
de animal, huesos, cristales o cualquier otro tipo de curiosidad o trofeo.
Bien, recuéstese – Dr. Daniel, tengo la necesidad de llamar la atención
Esta actividad fue evolucionando hasta
nuestros últimos dos siglos. Donde tener una colección de algún tema que
nos guste sirve para impresionar a otras personas que compartan o
no, nuestros gustos. Pero como todo, existe una línea que marca un
hobby y separa del fanatismo. Denotando nuestros
gustos hasta un trauma o complejo social.
Tener un hobby de coleccionismo implica
un factor importante; el económico. La mayoría de las actividades de esta
índole necesitan ser adquiridas vía papel-moneda. Aunque existen varios tipos
de coleccionables que pueden no necesitar dinero o solo una pequeña cantidad. También existen aquellos que mediante el trueque satisface la adquisición de un elemento y nos
acerca a otros individuos que comparten nuestros gustos, creando una pequeña
comunidad.
Mencionado antes, existe una línea
entre un hobby y un fanatismo.
Dr. Daniel, ¿Será que lo tengo chiquito? – No entremos en detalles Señor, mejor dígame que más recuerda
Muchas veces el coleccionismo es usado
por las personas para expresar sus gustos ante cierta temática que le apasiona.
Fomentando que la persona socialice con otras similares, pero existen
individuos que rebasan ese concepto y abusan del término
“coleccionismo”.
Coleccionismo: Es una afición que consiste en la
agrupación y organización de objetos de una determinada categoría. Amén, amo y
señor Wikipedia.
Bien, una vez entendido el significado,
pasemos a lo importante, a lo que llamó; la obsesión ciega. La obsesión ciega,
es la continua colección de un elemento a causa de su fanatismo causado en una
primera impresión. Pero al grado de perder el carácter cuestionable y
calificador, osease, que el coleccionista adquiera los elementos aun cuando
estos sean absurdos. Es más común verlo en el apartado de figuras y juguetes.
Un ejemplo muy claro es en la
franquicia Star Wars, en la cual, dos veces por año sacan al mercado nuevas
figuras y la reedición de figuras de modelos anteriores. Lo natural seria
hacerse de las nuevas figuras, las reediciones serian para alguien que aún no
la tiene. Y es aquí donde se denota el problema, cuando el individuo adquiere
nuevamente una figura que ya tenía, con la única variante que la figura tiene
ligeros cambios, pero en esencia sigue siendo la misma. Viéndose como tiene 10
versiones de la misma figura.
Este ejemplo es uno de tantos, pero es
el más común que he visto. Que también aplica muchos géneros como los juegos
TCG (trading card game), comics, figuras de anime, electrónica, entre otros.
Dr. Daniel, ¿Seguro que el tamaño no tiene nada que ver? – No, en lo absoluto, después de esa etapa, ¿Qué más pasó?
Ciertos objetos no son creados para ser
coleccionables, es la misma gente que los hace coleccionables, pero existen
elementos que son creados especialmente para ser coleccionables debido a que
son una edición limitada (cantidad de elementos limitada), haciéndose un dilema
en los coleccionistas. Ya que muchas veces los creadores de las franquicias
realizan esto solamente para aprovecharse económicamente del coleccionista.
Pero regresemos un poco. Recuerdo que
de niño coleccionaba todo lo que salía en las papitas, galletas
paquetes especiales. Los tazos, parches, tatuajes, estampas, figuras de
plástico, calcomanías, etc. Esto era aplicado por las empresas para subir sus
ventas a cambio de un “coleccionable”, usualmente estos productos era dirigidos
a los niños, quienes son lo que consumen más de estos alimentos. En esa época
dorada, hacerse de esos elementos era divertido, pero llego a un punto en que
las empresas repetían el proceso y perdían creatividad en sus productos, además
de la calidad del consumible iba encareciendo y perdiendo su sabor, haciendo
que el coleccionar perdiera su chiste.
Un ejemplo muy claro es cuando la
empresa de papitas amarrillas incluye tazos en sus productos. En su época
dorada, la mayoría de las variantes de papitas incluían tazos, pero después
solo las papitas más caras eran las que tenían estos tazos, haciendo que el
consumidor pagara más. Al poco tiempo, esta estrategia de mercado hizo que los
niños hicieran conciencia de como las empresas son codiciosas y ambiciosas.
Puse este ejemplo para demostrar lo
que a mí me hizo recapacitar sobre las empresas que fabrican
nuestros elementos coleccionables. Y a su vez, poder tener un criterio ante
productos creados específicamente para obtener dinero por algo que no es
coleccionable.
Tomare el ejemplo de los comics. Bien
se sabe que las primeras ediciones de ciertos comics son altamente
coleccionables, pero llega un punto donde las editoras se aprovechan del
renombre de ciertos personajes y producen comics con historias absurdas y sin
sentido. Aquí es donde el lector debe saber diferenciar una buena historia que
quedara grabada en su alma, a una historia que solo es para seguir sacando
comics y seguir vendiendo a costa de los lectores que compran por comprar.
Coleccionar los comics de tus personajes favoritos es muy común, pero gran
parte del material está invadido por situaciones que hacen dudar acerca de la
calidad argumental.
A mí me ha pasado con los videojuegos,
anime, cartoons, series de televisión y películas. Donde sagas son sobre
explotadas y carecen de un argumento.
Dr. Daniel, cuando cierro los ojos, los puedo ver – Está bien señor, pero dígame, ¿puede platicar con ellos?
Nombrare algunas de las cosas que he
llegado a coleccionar y que en cierto punto me decepcionaron al ver como la
empresa fabricante abusa del consumidor, dando un producto malo, que a la fecha
no volveré a adquirir. Avanzando en orden cronológico.
Tazos: Estos círculos plásticos en sus
inicios salían en varias presentaciones, pero de una fecha en adelante, solo se
incluyen en los productos más caros.
Calcomanías, tarjetas: Estos solían
salir en chicles, en las envolturas de paletas, galletas y la contraparte de
las papitas amarillas. De una década a la fecha, la creatividad y/o diseños son
muy chafas.
Figuras en cajitas: Era común ver cajitas
de dulces con figuras de plástico como los monstruos de bolsillo, naves de star
wars u otros personajes. Sin olvidar esos huevos de chocolate. En
mis tiempos, incluían una buena dotación de dulces a un buen precio, ahora, el
precio de esas cajas es muy caro y con trabajos traen dulces.
Álbum de estampas: Eran muy padres los
álbum de estampas de los súper campeones, mazinger z y animales, pero todo se
fue al carajo cuando las editoriales sacaron 4 álbumes de Dragon ball z.
También cuando los sobres de ciertos álbumes eran muy caros y estos tenían
cerca de 400 estampas.
Videojuegos: Estos son los más
complejos. Algunos pierdes coherencia en su trama, otros brincan de plataformas
diferentes y exclusivas. Algunos son versiones paralelas o alternativas de una
saga, pueden a llegar a tener una conexión. Algunas veces tienen asociación con
algún comic, OVA, episodios de TV, películas y novelas literarias. Aquí es
donde pierden gran parte de su trama alguna de estas, ya que al abusar tanto
del universo creado, rompen la “chispa” de la saga. Ejemplos; Saga
Kingdom Hearts, Star Wars, Halo, Gears of War, Assassins Creed, Dragon ball z,
Call of duty, etc.
Libros: Aquí no soy muy conocedor, pero
si he investigado un poco. Los casos que se llegan a dar, es cuando el nombre
del autor, más bien los derechos del nombre de autor, se pueden comprar y usar
para un libro, aun cuando el autor sea otra persona. Saliendo al mercado un
producto oficial. Estos casos se suelen ser algo complicados, ya que se
desconoce si es la editorial que quiere explotar una saga o es el autor que ya
no tiene ideas. Creando una espinita en nuestras mentes al saber que el autor
presto su nombre para que otro escribiera y haciéndonos dudar si lo debemos
tener en nuestra colección.
Comics: Al no tener ideas originales y
solo excusas inútiles, nos topamos con sagas en comics donde la muerte carece
de significado y además las teorías de cuerdas están sobre explotadas. No sé
cuántas veces van que se mueren los súper héroes de comic y son resucitados de la
forma más tonta. Volviendo los comics recientes en simple papel sin trama. El
reiniciar una saga es símbolo de una carencia de ideas y el plan ambicioso por
parte de las editoriales por seguir explotando una franquicia, aun a costa de
la inteligencia del fan y su dinero, por su puesto.
Películas: Las sagas nacidas en este
arte no se escapan de la explotación comercial. Prueba de ello son las
películas de duro de matar, terminator, rocky, Robocop, aliens, rambo, star
wars, viernes 13, pesadilla en la calle del infierno, resident evil,
transformers, entre otras. Donde aprovechándose de su éxito en taquillas de sus
primeras películas, se producen secuelas bastante malas en algunos casos.
Figuras acción, exhibición: Es común
ver en ciertos juguetes son lanzados cada año y rehechos de la misma forma. Tanto de los fabricantes japoneses como los americanos. Obviamente cada
presentación es mejor que la anterior y más cara. Haciendo que la figura
anterior pierda el valor económico invertido, además del valor coleccionable al
existir una versión mejorada.
Existen otros que no veo que sean
afectados por moda o empresas, como lo son:
Monedas, insectos, estampillas, autos,
cámaras, postales, juegos antiguos, maquinas traga monedas, máquinas de
pinball, máquinas de juegos, vasos, juegos de té, artículos antiguos, zapatos,
juguetes extranjeros, sombreros, etc.
Ahora, pruebe recordar de nuevo – Lo intentare, Dr. Daniel
El universo de los artículos
coleccionables es inmenso, lamentablemente aquellos sectores que involucran
grandes cantidades de dinero son las más afectadas. Llega un punto en el que se
pierde el valor como coleccionista y solo se vuelve un burdo negocio que se
aprovecha del gusto de las personas. Es importante tener un criterio para saber
en qué punto, la franquicia que nos guste, ha sido devorada por la
mercadotecnia.
Un ejemplo sencillo que creo que se
puede aplicar para el coleccionista es el siguiente:
¿Comprarías una computadora muy cara de
marca (la de la manzanita), solo para navegar en internet y estar en Facebook?
– Dependiendo de tu respuesta, es la imagen que muestras ante los demás. Asi
mismo pasa con ciertos coleccionables.
Está bien que se quiera demostrar el
poder adquisitivo de artículos sin importar si son coleccionables o no, pero no
te vayas a molestar cuando alguien te lo hace saber.
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